En un frío día de agosto de 1891, la ciudad de buenos aires, dio a luz a un poeta.
Nació en su casa, fabulosa mansión de las adineradas familias de ésa época.
Debes ponerle Oliverio, dijo la abuela, porque quiere decir “hombre que trae
paz” y en estas locas épocas necesitamos pacificistas y él lo será.
Pertenecientes a la oligarquía de la época, pronto llevaron a Oliverio a estudiar a Europa,París, Inglaterra.
Escribió y publicó desde muy joven.
Participó en la llegada del ultraísmo ( la primera vanguardia que se desarrolló en la argentina)
Sus primeros poemas, llenos de color e ironía, superan el simple apunte pintoresco y constituyen una exaltación del cosmopolitismo y de la nueva vida urbana e intentan una crítica de costumbres.
En 1926, en un almuerzo organizado en honor a Guiraldes conoció a Norah Lange, poetisa con la cual se casó en 1943 y con quien emprendería innumerables viajes.
Su obra es infinita influyendo a las siguientes generaciones de poetas.
Comparto una de ellas : Los amantes
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